INFORMACIÓN DE LA VANGUARDIA
La especulación neoyorquina
La catástrofe reviste gravedad
(Exclusivo de «La Vanguardia».) Nueva
York, 25 (por cable).—Se ha dispuesto que
numerosa policía extraordinaria vigile hoy
los alrededores de Wall Street, a fin de prevenir
posibles tumultos, como continúen las
bruscas fluctuaciones. Se tendrán dispuestos
los autos blindados en la estación policíaca
de «Oíd Split».
Ayer las contrataciones fueron extraordinarias.
Se vendieron bonos por valor de 24
millones y medio. El miércoles la venta había
sido de 16 millones.
A pesar- de las instalaciones de indicado
res que se dispusieron en 1928, estos aparatos
son ya insuficientes.
Después de las contrataciones y cerrada
la bolsa continuó funcionando cuatro horas.
Entre los bolsistas y los compradores se
produjo gran alboroto "y pánico, pues pretendieron
asaltar las oficinas para averiguar
los resultados que les interesaban.
Algunas fortunas se desvanecen a los ojos
de todos. Los funcionarios trabajan toda la
noche y aún así se ven abrumados de trabajo.
Se dice que George Baker, presidente del
primer Banco Nacional, del que posee 22.000
acciones, ha perdido once - millones de dólares
en los primeros valores nacionales.—
United Press.
Las especulaciones de la Bolsa
de Nueva York
, (Exclusivo de «La Vanguardia».) Londres,
25 (por cable).—La United Press ha celebrado
una interviú con .el conocido economista
y- financiero internacional, Sir George Paih,
acerca de la situación del mercado de valores
norteamericano. Esté señor ha dicho que
el actual desbarajuste era previsto por los
mismos peritos norteamericanos, pues veían
él excesivo agio que se venía practicando.
De todas maneras, este hecho circunstancial
no afecta en el fondo a la firme situación
de los valores, que sufren tan bruscos cambios
a causa del exceso de especulaciones.
Ello es, de todos modos síntoma de la crisis
económica por que atraviesa el mundo
entero. Nunca se había sufrido un desequilibrio
tan grande.
Es que la política mundial sigue corrientes
que no llevan el mismo curso de las posibilidades
económicas de los pueblos.
Estamos pagando todo lo que se pide. Es-.
tamos respondiendo con nuestro esfuerzo a
los pasados y enormes errores políticos, y
tendremos que reajustar los principios y
aspiraciones políticos a las posibilidades
económicas. Todos los arreglos de harmonización
entre las finanzas y la política han
de rectificarse, si se quiere que los pueblos
puedan responder a sus obligaciones.
Al preguntársele sí se refería a que se
debe acaso cancelar toda deuda de guerra,
Paih ha declarado que las deudas de guerra
son una parte poco importante al lado
de las proporciones dé la crisis, y que aquélla
no tiene sino una importancia secundaria.
La desorganización económica del mundo
tiene un carácter mucho más vasto.—